Cómo ser un vampiro en diez pasos.
I.
El primer paso para ser un vampiro consiste en creer en los vampiros. Del mismo modo que para ser católico conviene creer en Dios, para ser judío en el Antiguo Testamento o para ser budista en que Buda no comía a escondidas.
II.
Una vez que el iniciado se convence de la existencia de los vampiros es importante ver todas las películas sobre el tema, luego leer poemas, relatos, ensayos, crucigramas y epístolas. Una vez digerida esta información es vital olvidarla.
III.
Como todos saben, los vampiros muerden. Esta fase oral de la vida nocturna es esencial para comprender los hábitos alimenticios del vampiro. Es imperioso practicar varios tipos de mordidas. Los científicos coinciden en que unas quinientas mordidas de práctica son suficientes para modelar la técnica. Debido a la semejanza de texturas, recomendamos utilizar un pollo, preferiblemente muerto, para perfeccionar los distintos ángulos del tarascón.
IV.
Reclusión y terapia. Ya que los aguarda una existencia sombría es necesario no cagarse en las patas cuando se apaga la luz. Aíslese. Cierre postigos y persianas. Si le teme a la oscuridad, reflexione. Tal vez esto de convertirse en vampiro no sea para usted.
V.
Si desea convertirse en vampiro para cortejar a una dama, tenga bien en claro las características de aquellas mujeres que podrían entregarse. Normalmente son mujeres taciturnas, solitarias, adolescentes (no se ha sabido de ninguna vieja), petefóbicas, delgadas, pálidas, y con un enorme complejo Eléctrico. Casi siempre el vampiro ostenta varios siglos de existencia, y ellas se entregan ante este arquetipo del padre succionador con total y conmovedora alegría. Averigüe si la dama en cuestión es diabética.
VI.
Con los objetivos claros ya puede iniciar el ritual. Visite los parques de su ciudad durante la noche. No utilice poleras o cuellos de tortuga, esto espanta tanto a los vampiros como a las prostitutas. Observe a quienes transitan por allí y jamás interpele a los caballeros que caminan vestidos con sobretodo. No es bueno andar preguntando quién es o no un vampiro. Estos seres son muy reservados.
VII.
El primer contacto es clave. Relájese y disfrute de su analidad mal encauzada. Usted bien puede creer que desea que le muerdan el cuello, pero secretamente prefiere un acercamiento a otros orificios. Goce. Entréguese. Pero cerciórese de que su vampiro realmente lo sea. No regale su aorta al primer pelagatos que se acerque con una remera de Crepúsculo. Evite el ajo en los días previos.
VIII.
Una vez que su cuello fue desgarrado por los dientes del vampiro, tómese un minuto para la reflexión. No utilice el transporte público. Retorne a su cubil, previamente amueblado con un sarcófago, y descanse. No se masturbe. Esto anula los efectos de la mordida y otras cosas que no recuerdo.
IX.
La dieta del día posterior consiste en embutidos: morcillas, chorizos, salames, etc. Este punto es crítico, ya que por primera vez se revela la naturalezabisexual del vampiro. No juegue con la comida.
X.
Al tercer día finalmente usted puede declararse un vampiro hecho y derecho. Vístase bien puto. Queme las remeras de AC/DC. Arroje todos los libros de autoayuda, especialmente los de Cohelo (Piense que si realizó los pasos anteriores, no le sirvieron de nada). No se ensañe con vecinos o familiares. No inicie sus actividades vampíricas con mezquinas vendettas. Ábrase un fotolog, myspace, blog o facebook anunciándole al mundo su transformación. Ingrese en todos los chats pertinentes. Utilice nicks como: Vampire, Vampiro, El chupador, Agarratecatalina, etc. Converse con otros idiotas que compartan la misma fantasía. Discuta. Sea beligerante. Escriba como si fuese un estreñido señor inglés del siglo XVII. Utilice arcaísmos como: Agradables noches tengan uds queridos hermanos en las tinieblas. Evite los holis, chauchis, besis, etc. Anule su sexualidad. Desde este momento usted es un ente amorfo, una ameba sin sexo, un engendro repulsivo que no piensa en otra cosa que mamar y mamar sangre. Lea a Nietzsche y Heidegger (¡Nunca a Sartre!). Cultive un círculo de adeptos, que pueden reclutarse en diferentes foros y obras sociales. Proyecte una imagen de poder y confianza. Jamás utilice bermudas o rompevientos. Convoque tertulias en cementerios y camposantos, donde podrán entregarse a masticar tibias y roer omóplatos en un ambiente de camaradería. Recuerde volver antes del amanecer. Y por sobre todo, nunca, jamás, bajo ningún concepto, vuelva a escribir un puto correo electrónico.
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